¿Qué es la felicidad?
La felicidad es una llamada universal de todo ser humano. Toda persona quiere por encima de todo alcanzar la felicidad.

¿Cómo podemos definirla?
Puede ser todo aquel conjunto de cosas buenas que cualquier hombre es incapaz de no querer. Pero antes que nada la felicidad es un estado de ánimo; es una experiencia subjetiva, interior, que analiza la propia vida y extrae de ella una impresión positiva (felicidad) o negativa (infelicidad).

Se siente feliz aquella persona ocupada en desarrollar esa inclinación natural, esforzándose por llenar su vida de contenido, superando todas las dificultades que irán surgiendo con el tiempo en el intento de conseguir esa empresa.

¿Qué cosas son las que pueden hacer feliz a una persona?
¿El dinero, la riqueza, el poder, la fama, la gloria, la salud, el bienestar, los distintos placeres, el verse libre de preocupaciones?
La felicidad es un proyecto incompleto, inacabado, que está siempre haciéndose. De una forma concreta la felicidad descansa en dos pilares, encontrarse a sí mismo y tener un proyecto de vida. Ser feliz consiste entonces en aquella operación que hace la persona, gracias a la cual tiene una personalidad hecha, sólida, firme, con sello propio, con la cual se siente identificado, a gusto, satisfecho, tranquilo, en paz interior. Esta es la puerta inicial de entrada a la felicidad.
Una persona desequilibrada, desajustada, neurótica, inmadura, sin hacer, será muy difícil que se sienta feliz, porque no se ha encontrado consigo misma, no ha hallado la clave para armonizarse por dentro y tener una conducta adecuada y positiva por fuera.
El proyecto de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo aproximadamente. Es necesario que el proyecto de vida tenga tres ingredientes esenciales: Amor, Trabajo y Cultura.

No hay felicidad sin amor, con amor tiene sentido la vida, el amor es la fuera para avanzar. La satisfacción por el trabajo bien hecho, terminado en su momento, retrata a la persona que lo hace. La cultura es libertad, porque es criterio y saber a qué atenerse.

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