Tema tan apasionante, el amor es otra de las cosas que son difíciles de definir pues quien lo vive no puede expresar lo que siente con tan solo palabras, se expresa con todo el ser. Pero bien, podemos partir ya de dos cosas, sentir y expresar, el amor es en parte sentir; es un sentimiento grato, placentero, de una energía revitalizante, que llena cada fibra y la mueve con una armonía cadenciosa, es un calor interno que provoca a pasión, a movimiento, a danza, a gratitud a plenitud.
El amor también se expresa, no puede quedarse encerrado, el ser que está enamorado ansía dar, brindar, aportar, expresar lo que siente, tener una salida que desemboque toda esa energía de alta vibración. Cuando se está enamorado la química corporal se pone a favor, nos da fuerza, inspiración, voluntad, ánimo, virtud, maravilloso es cuando el amor está presente en nuestras vidas, es una fuerza capaz de conquistar lo inalcanzable, la fisiología se dispone para que actuemos.
Al sentir y expresar amor manifestamos una actitud, una posición ante la vida, son decisiones favorables e inteligentes a uno mismo, al prójimo, a la naturaleza a la vida y el universo en general. Es ser positivo aunque realista también; se piensa con esperanza, con fe, con optimismo, con entusiasmo, con el mejor deseo.
Es muy importante que saber que el amor comienza primeramente en uno mismo, cuando no nos amamos, nos es imposible amar a otros, el amor a uno mismo inicia el camino de amor hacia la vida, hacia todas las cosas e ideas cognoscibles, es la fuente. Cuando te amas te sientes digno, te sientes capaz, confiado, es en ese instante que se enciende la llama en el camino y comienza la aventura del amor intenso, de amar a los demás, de encontrar a quien te ame, de dar y recibir amor, lo cual nos hace completos.
Es un momento de iluminación y de conexión con la corriente espiritual divina, que da a cada uno su misión y proporciona lo necesario para cumplirla, pero si no te amas a ti mismo, si no te respetas, si no te das valor, ¿Cómo puedes sentir eso en los demás?, no confundas el amor con vacio, no esperes que lo externo te haga sentir, te haga ocupar ese lugar reservado en el corazón para el amor.
El amor es libertad, no es dependencia ni apego, piensa que la creación nos da oportunidad de decidir hacia donde queremos ir, a lo negativo o a lo positivo y sin embargo todo lo esencial nos es suplido, sol, aire, agua, frutos, hierbas y todo gratuito. La danza de la vida lo proporciona en abundancia, sin egoísmo, sin acaparar, abundantemente en gracia.
El amor a uno mismo nos convierte en una fuente de amor, hacia los seres cercanos, hacia todas las cosas, pero no lo confundas con orgullo o vanidad, son sentimientos de vacío de desesperación, de equivocación, de confusión, el amor es silencioso, habla poco, actúa mucho, no se sabe, se siente, no se describe, se expresa, es la esencia del acto de crear, el motivo de existir, el sustento de ser, es la energía inagotable y positiva.
Pues bien, ámate a ti mismo, conócete digno, y comienza la aventura del amor, del gozo, del baile, expresa gratitud y arráncale sonrisas a Dios, arráncate sonrisas a ti mismo, disfrútate, contémplate, y nunca lo olvides, no estás solo, hay un basto universo que espera que lo ames, que espera que vibres en armonía con Él.
El amor también se expresa, no puede quedarse encerrado, el ser que está enamorado ansía dar, brindar, aportar, expresar lo que siente, tener una salida que desemboque toda esa energía de alta vibración. Cuando se está enamorado la química corporal se pone a favor, nos da fuerza, inspiración, voluntad, ánimo, virtud, maravilloso es cuando el amor está presente en nuestras vidas, es una fuerza capaz de conquistar lo inalcanzable, la fisiología se dispone para que actuemos.
Al sentir y expresar amor manifestamos una actitud, una posición ante la vida, son decisiones favorables e inteligentes a uno mismo, al prójimo, a la naturaleza a la vida y el universo en general. Es ser positivo aunque realista también; se piensa con esperanza, con fe, con optimismo, con entusiasmo, con el mejor deseo.
Es muy importante que saber que el amor comienza primeramente en uno mismo, cuando no nos amamos, nos es imposible amar a otros, el amor a uno mismo inicia el camino de amor hacia la vida, hacia todas las cosas e ideas cognoscibles, es la fuente. Cuando te amas te sientes digno, te sientes capaz, confiado, es en ese instante que se enciende la llama en el camino y comienza la aventura del amor intenso, de amar a los demás, de encontrar a quien te ame, de dar y recibir amor, lo cual nos hace completos.
Es un momento de iluminación y de conexión con la corriente espiritual divina, que da a cada uno su misión y proporciona lo necesario para cumplirla, pero si no te amas a ti mismo, si no te respetas, si no te das valor, ¿Cómo puedes sentir eso en los demás?, no confundas el amor con vacio, no esperes que lo externo te haga sentir, te haga ocupar ese lugar reservado en el corazón para el amor.
El amor es libertad, no es dependencia ni apego, piensa que la creación nos da oportunidad de decidir hacia donde queremos ir, a lo negativo o a lo positivo y sin embargo todo lo esencial nos es suplido, sol, aire, agua, frutos, hierbas y todo gratuito. La danza de la vida lo proporciona en abundancia, sin egoísmo, sin acaparar, abundantemente en gracia.
El amor a uno mismo nos convierte en una fuente de amor, hacia los seres cercanos, hacia todas las cosas, pero no lo confundas con orgullo o vanidad, son sentimientos de vacío de desesperación, de equivocación, de confusión, el amor es silencioso, habla poco, actúa mucho, no se sabe, se siente, no se describe, se expresa, es la esencia del acto de crear, el motivo de existir, el sustento de ser, es la energía inagotable y positiva.
Pues bien, ámate a ti mismo, conócete digno, y comienza la aventura del amor, del gozo, del baile, expresa gratitud y arráncale sonrisas a Dios, arráncate sonrisas a ti mismo, disfrútate, contémplate, y nunca lo olvides, no estás solo, hay un basto universo que espera que lo ames, que espera que vibres en armonía con Él.
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